A MODO DE INICIO:
Revisión de material en el hotel Sheraton (casi na). A las 18 horas nos llevan en bus a la estación de Hanoi para coger el tren a Lao Cai. Vamos en literas de cuatro y el tren sale a las 20h y llega a Lao Cai a las de la mañana. Nos llevan a un hotel a desayunar y después a un “hospital” donde opera una ONG en la llamada Operación Smile (sonrisa). Se llama así debido a que aquí los niños nacen con una deformación en la boca y nariz que no les permite hablar bien y un idioma como el vietnamita que se basa en los tonos, eso es muy delicado. Este problema es debido a la falta de ácido fólico (creo) en las mujeres embarazadas. Al menos tenemos la satisfacción de que una parte de nuestro ingreso en la carrera va a parar aquí. Después ya nos vamos directamente al campamento donde están instaladas las tiendas y a mí me toca con Carlos, Laura, Pancho el mejicano y ahora no recuerdo el nombre del suizo.
18-19 FEBRERO
ETAPA 1: Distancia estimada 100-120 km
Condiciones de la etapa: Inicio en Si Ma Cai. Se pasa por Pha Long, Muong Khoung, y Coc Ly. Serpenteante camino-carretera de montaña (a veces asfaltada, a veces no). Cruce de un río en canoa.Hay un campamento a los 70 km por si alguien se quiere quedar a dormir. Fin de la etapa en Ben Den.
El día amanece con niebla y medio lluvioso. Se retrasa un poco porque faltaban los músicos que amenizaban la salida. Allí estuvimos bailando antes de la salida para calentar motores. Y sobre las 8:30 salimos ese grupo variopinto de 21 nacionalidades y con esa dosis de locura en la cabeza. Y en seguida nos pusimos en cabeza Carlos y yo hasta que nos pasó un yanqui escopetao con un mochilón en la espalda. Pues nada, a pegarse a él…aunque en el primer repecho se me paró y comenzó a andar, así que hasta luego Lucas, que yo me voy. En el primer Check Point (C.P. de ahora en adelante) había que cruzar un río y nos pusieron dos canoas. El tramo era de un camino, pero a partir de aquí se puso cuesta arriba y con mucho barro (eso pensé yo cuando acabé, sin poder imaginar lo que me esperaba todavía). Así durante 40 km. Los C.P. estaban situados entre los 12 y 15km de distancia más o menos. A partir del Km 40 se acabó el barro y comenzó el asfalto (un asfalto malo, pero asfalto) y además prácticamente todo cuesta abajo, con algunos repechos. Un inciso antes de continuar. La organización no tenía intención de meter asfalto, pero debido a las malas condiciones metereológicas que han reinado durante los días anteriores de lluvia y niebla desaconsejaron la opción inicial que tenían. Esto, en un principio, no me gustó nada, porque el asfalto no me hace gracia, pero después te das cuenta que fue una decisión acertada, ya que si no lo llegan a hacer así, al día siguiente creo que sólo salimos dos…si hubiésemos llegado. La etapa transcurrió buena parte con la frontera china, ya que en varios tramos teníamos indicadores fronterizos. Vamos que si te ponías a mear en la cuneta izquierda, llovía en China. Bueno, pues después de estos kilómetros de asfalto y sorteando a todos los perros que nos salían por el camino (eran muchos, pequeños, pero incordiones), llegamos a meta después de 12 horas y 28 minutos. Lo cojonudo era que el campamento estaba a 40 km de meta, por lo que tuve que esperar a que llegasen otros dos más para ir juntos. Para mi sorpresa veo que el segundo es segundA. Coño, una chica llega segunda a media hora. No me lo puedo creer. Stephanie de Canada. Una chica majísima, simpática y agradable. Que pena que mi inglés no sea tan fluido como mi manera de correr,coj…
En fin. Tercero llega el coreano Ahn a casi una hora. Nos vamos al campamento. Cena de esa comida rara (liofilizada) y a descansar. La gente va llegando a lo largo de la noche, por lo que dormir, lo que es dormir no lo haces, pero descansas. Al día siguiente, como todavía había gente que no ha llegado, pues algunos se quedaron a dormir en el C.P. 5 (km 70) aprovechamos para secar la ropa, comer, charlar e intentar relacionarnos con la gente local que se acercaba al campamento, sobre todo niños.
Otro inciso. Yo no me había puesto la mochila-camel antes de la carrera y no me entraba todo el material, asi que me compré una riñonera, pero ese mismo día, después de la carrera se la regalé a una señora y su niño, pues ya había quitado peso de comida. Lo peor de todo (seré gilip…..) es que había puesto la cámara del agua del camel boca abajo y la rosca me hizo un daño en la espalda de tres pares de narices, que me hizo una rozadura que me duró toda la carrera y….aún hoy. Además no se para que leches la metí, si luego no la usé, pues con dos botellines que llevaba me fue suficiente. FIN DE LA PRIMERA ETAPA.
20 FEBRERO
ETAPA 2: Ben Den – Sin Chai – Nam Nhiu - Nam Tham - Nam Cang -Nam Sai
Distancia estimada: 48 km. Condiciones de la etapa: Senderos y caminos con barro y pequeñas tribus en la ruta. Campamento: sobre una colina con vistas a exuberantes valles
A las 8 nos dan la charla matutina sobre la etapa. Desayunamos esos polvos de sobre liofilizado con te y alguna barrita energética. La etapa empieza en un poblado de minoría Tay, subiendo colina arriba con la posibilidad de disfrutar con hermosas vistas del valle del Rio Rojo para luego aventurarse en un area montañosa, la parte más remota de Sapa donde habitan la minoría de los Red Dao y donde transcurre la prueba a través de bosques de bambu y jungla donde habitan los H’Mong Verde.
Y ahora vamos a lo interesante. El principio es un camino-senda llano con algunos toboganes hasta que a los 8 km aproximadamente tenemos que cruzar un río (sin puente, ni canoa esta vez), asi que a mojarse toca. En seguida está el primer C.P. de esta epata, y aquí casi me equivoco y sigo a derecho, menos mal que ahí estaban los del control para corregirme ya que había que girar a la derecha y empezar a subir una larga pista de varios kilómetros y ya con algo de barro. Hasta aquí me acompañaba el coreano con el que iba intercambiándonos fotos (con su cámara),él me las hacía a mí y yo luego a él. Así hasta poco a poco se fue quedando y me presenté en el segundo C.P. en solitario, pero ya con bastante más barro. Lo bueno venía a partir de aquí. Continuas subidas y bajadas pero en mi vida había visto tanto barro. No os podéis hacer una idea del barro que tuvimos que pisar. En algunos momentos desaparecía el pie por completo, fueras por donde fueras. A partir de un poblado, en una bajada estaba un desvío a la izquierda. Aquí mucha gente se perdió (incluido Carlos y la canadiense que perdieron mucho tiempo. La canadiense creo que hizo 30 km extra). A partir de este desvío empezaba una bajada estrecha y jodida, sobre todo por la pendiente que tenía y por el barro. Te la jugabas incluso andando. Al final de la bajada habían puesto, incluso unas cuerdas. Aún así se cayó la mayoría de la gente. Lo “bueno” fue que al final de la bajada había que cruzar otro río y aquí podías lavarte todo, aunque sólo fuera por poco tiempo, ya que el barro empezaba otra vez en la subida…y ¡¡¡que subida!!!. Tres kilómetros cuesta arriba, pero cuesta arriba y con el omnipresente barro que te hacía dificilísimo dar un paso sin irte para atrás. Aquí me encontré con un mejicano de la organización que me dijo que el C.P. estaba arriba del todo. Pues menos mal que me lo dijo en castellano, porque a partir de una preciosa cascada no vi ni una sola marca y creí que estaba perdido, pero como seguía subiendo y el mejicano me había dicho que estaba arriba del todo, pensé…bueno cuando llegue arriba ya veremos a ver que hay, si no me he equivocado de monte, claro. Iba preguntando a alguna gente de las tribus que me encontraba, que ingenuo, pero por probar. La verdad es que me iba poniendo nervioso llevar tanto tiempo sin ver marcas y pensar que tenía que deshacer lo andado no me hacía maldita gracia. Hasta que en una “casa” volví a preguntar, con señas y gestos de las manos indicando si iba bien. Eureka, me respondieron con el mismo gesto indicándome hacia arriba, uf que alivio, espero que me hayan entendido. Y así fue, pues en menos de cinco minutos conseguí llegar al C.P. ubicado en una escuela arriba del todo. Les comenté lo de las marcas y aún todavía hoy no se si llegué por la senda buena o no. Yo estoy convencido que no, pero me quedaré con la duda. A partir de aquí, un poco más de barro hasta llegar a una pista y comenzar a bajar ya un poco más a gusto hasta llegar al campamento en 6 horas y media. Aquí lo peor fue que cuando llegué todavía no habían hecho la hoguera y eso venía muy bien para secar las zapatillas y la ropa (ya me imagino lo que está pensando alguno: no haber llegado tan pronto, mamón!!!). El caso es que esta etapa fue durísima, para mí la más dura de todas y de hecho, cuando veías llegar a la gente, lo pude ver reflejado en sus caras. La canadiense no tenía un hueco del cuerpo donde no tuviera barro (no penséis mal, me refiero por el exterior). Aunque hay reflejado en alguna instantánea, el momento sexy del cambio. Espero que la persona que la tiene tenga la deferencia de hacérmela llegar. Aquí hubo momentos duros. La gente llegaba con frío. Laura pasó un momento malo, pero el mejicano venía el pobre muerto. Ya de noche, cuando voy a entrar a la tienda, me lo encuentro que acaba de llegar y se había metido sin cambiarse en el saco, con la ropa todavía húmeda. Le animo a que se cambie primero, pero no tiene fuerzas. Yo iba con un té en la mano, así que le incorporo y se lo hago beber. Joer, se lo bebió en un visto y no visto, por lo que fui a por otro, pero esta vez traía medio litro, pues nada otra vez todo pa’dentro. Creo que esto le hizo entrar en calor y un poco en reacción y conseguimos que se cambiara de ropa, descansara y luego se fuera a cenar. Pero todavía hubo gente que llegó peor y más tarde. Esto obligó a cambiar la etapa del día siguiente ya que estaba prevista todavía más dura y con 50 km. Al final la dejaron en 30 y pocos, pero esto es ya para mañana.
21 FEBRERO
ETAPA 3: Nam Sai- Thanh Phu – Nam Toong – Ta Trung Ho – Ban Ho
Distancia estimada: 31 km. Condiciones de la etapa: pequeños senderos. Campamento: Con familias en pequeñas casas rurales.
Salimos por una pista cuesta arriba en un principio el vietnamita de la tribu H’mong Sung A Lung y yo, pero este pobre chaval se quedó en seguida (ya veréis por qué y como andaba el jodío de él por “su terreno”). Total que me voy sólo hasta el primer control. A partir de aquí acaba la pista y empieza el susodicho barro por una senda que gira 180º. No veo a nadie y sigo tranquilamente rodando por el barro hasta el siguiente C.P. Joder, cuando miro para atrás veo al vietnamita a mis espaldas. Coño, a este tío le han tenido que subir en moto, pienso. Y es cuando me fijo en su indumentaria. Alucino en colores. Va con sandalias y calcetines, unos pantalones como de pana arremangados hasta la rodilla, un jersey como de lana y también subido hasta el codo y una mochila que le bajaba hasta el culo. Sigo flipando. Me acelero un poco más y se queda descolgado. Y más todavía cuando comienza una pista cuesta abajo, en la que se puede correr y nos lleva al siguiente C.P. Pero a partir de aquí empieza “la fiesta”. Unas sendas estrechas con barro y pasos de arroyos con rocas, donde el chaval este se defiende como pez en el agua. Y yo no me lo puedo creer. Pero si es que se va a matar con esas chanclas. Y el tío como si nada. Tanto que se me pone delante. Y entonces ya casi me da el sofoco. ¡¡¡¡Pero como coños va a ir un tío así por delante. Y por si fuera poco el terreno cada vez es “peor”. Cruzar por campos de arroz, por esas sendas tan estrechas, que a esa velocidad hace que más de una vez los pies vayan al fondo de los campos de arroz. Y luego viene otra subida de vértigo y barro, como no. Y esto ya es para rematarlo. Veo delante a dos chicas-señoras con un cesto en la espalda a menos de media subida y pienso,..bueno las cogeré un pocos metros. Iluso de los coj…. Bueno, subía como un tiro y las mujeres cada vez más arriba. Y el vietnamita en mi culo. Cuando por fin las doy alcance, casi me da un soponcio. Vamos que me daban ganas de mandar las zapatillas a tomar por el c….. Las mujeres iban…. Descalzas, y como subían las condenadas, y con un cesto a la espalda con una correa y yo con mi supermochila camelback ajustable y bla, bla, bla. Total que después de esta subida, se continuaba por una estrecha senda barrosa, pero ya se podía correr un poco más, así que pongo el acelerador y el pobre vietnamita se me empieza a quedar. Así le voy sacando ventaja hasta llegar al siguiente C.P. que ya estaba muy próximo y antes de cruzar el puente. Ahí le habría sacado 4 o 5 minutos. Cruzo el puente y empieza una pista ancha cuesta arriba, por la que se puede correr y…de pronto me paro y miro para atrás. Veo al vietnamita y le hago gestos para que venga. El pobre sube andando y a veces, trota un poquito. Cuando llega hasta mí le pregunto que tal, primero en español, luego en inglés y al final a lo práctico, por señas. Le hago el gesto con los pulgares hacia arriba y me contesta con el mismo gesto y una sonrisa. Intento que corra suave, pero me hace gestos con las manos diciendo que no, que no puede, así que vamos andando hasta que llegamos al final de la subida. Desde aquí ya vemos la meta a poco más de un kilómetro. Le vuelvo a animar a que corra, pero me vuelve a hacer los gestos que no, que no puede con las piernas. Finalmente le empujo un poquito y comenzamos un trote pachanguero hasta llegar cogidos de la mano a meta (sin amor, eh). Después de un rato, de haberme cambiado, viene la TV para decirme que si puedo volver a entrar otra vez en meta y claro, con la ropa de la carrera. Joder, vaya gracia. Lo que hay que hacer para que quede bonito en los medios. Asi que a volver a repetir la entrada otra vez Lo mejor de aquí fue la estancia. En la casa, hecha de bambú, estábamos tres tiendas del campamento, o sea, unas 15 personas. Lo mejor era la parte alta, ya que tenía colchones y mantas y así no necesitabas sacar el saco ni la esterilla, como le pasó a la gente que durmió en la parte intermedia (alguna ventaja tiene que tener alguna vez llegar pronto, así puedes coger sitio y eso la espalda lo agradece). Aquí también fui a tomar unos baños termales que había cerca y que me vinieron de maravilla, después de llevar varios días sin ver una ducha.
22 FEBRERO
ETAPA 4: Ban Ho – Ma Qoi Ho – Den Thang – Seo Mi Ty – Ta Van
Distancia aproximada: 33 km. Pista a veces asfaltada a veces no y senda con barro.
Campamento: En un granero habilitado como “albergue” en un pequeño poblado.
Esta etapa parecía más accesible y fácil. Lo cual genera un exceso de confianza que puede acabar en algún error o despiste, como así ocurrió. Salimos por un camino y en seguida comenzó una carretera asfaltada. Todo ligeramente cuesta arriba. Iba muy cómodo a mi ritmo y me sentía con fuerzas este día. Durante el trayecto empecé a ver a mucha gente local andando. Luego me enteré que había una especie de fiesta-feria justamente donde acababa la etapa. Y aquí fue donde se me unieron dos críos que fuimos juntos, cogidos de la mano durante casi 3 km. Casi nada. La madre que los parió, como corrían los condenados. Y justamente cuando se paran porque han llegado a la feria, yo no me percaté que llevaba un tiempo sin ver marcas. Sigo subiendo y ni una marca. De pronto me fijo al fondo del valle y veo una bandera, de las grandes, de la organización que fijaban en cada C.P. y me digo, pues mira donde han puesto el C.P. y sin una marca en el desvío del camino. Así que doy la vuelta, bajo por el camino y… sorpresa. No es el C.P., sino la meta. Hala majo, vuelve a subir otra vez los 2 km de camino y vuelve a coger la carretera. Coño, empecé a subir como un tiro. Tenía a cinco delante y en dos kilómetros de carretera les cogí. Lo bueno fue que aquí la carretera sí que se puso cuesta arriba, con un desnivel fuerte, algo que me favoreció bastante. Así pude llegar en primer al último C.P. y empezar a bajar los últimos 7 km por una senda de barro (como no) y que tenía bajadas espectaculares y también se vieron por primera vez algunos turistas, y así consigo presentarme en meta, esta vez de verdad, donde había un bullicio de gente espectacular. El final de esta etapa fue diferente, ya que aquí no tuvimos que echar mano de nuestra comida (si no queríamos) ya que en meta, debido al festival que había, teníamos para comer bastante. Los famosos noodles con carne de caballo, una especie de tortilla de arroz, un arroz envuelto en una especie hojas verdes apretadas (esto sabía a rayos y no hubo manera de hincarle el diente), y mucho dulce, ah y una especie de vino que te servían en unos tubos de caña de bambú. Me puse morao. No de vino,eh, de dulces. Aquí nos tocó dormir a todos juntos y al igual que ayer, la ventaja de llegar delante es que puedes elegir sitio y colchón (que no había para todos) y te vuelves a ahorrar el saco y la esterilla. Aquí también nos obsequiaron con unos bailes, pero sólo bailaban chicas, por lo que de nuestro grupo se animaron a salir Laura y Stephanie (las de siempre).
23 FEBRERO
ETAPA 5: TaVan – Heaves Gate – Cat Cat – Sapa
Distancia estimada: 13 km. Condiciones de la etapa: pequeñas sendas del sempiterno barro, terrazas de arroz y poblados.
Hoy la organización, bueno en realidad fue ayer, decidió que se saliera en tres grupos. Los más rezagados a las 10, los intermedios a las 11 y los rapidillos a las 12. Creo que aquí tuvieron un pequeño error, no al hacer los tres grupos, sino al retrasar tanto la hora de salida, pues como se vió más tarde, mucha gente anduvo con apuros para terminar de comer y poder coger el bus que nos llevaría a Lao Cai. Hoy Carlos decidió acompañar a Laura en el grupo intermedio, aunque él estaba en el de los rapidillos (todo un detalle, entre otros muchos). Pues lo que parecía un paseo se convirtió en una odisea, pues al poco de salir nos perdemos todos, no encontramos las marcas, cada uno empieza a ir por un sitio, hasta que conseguimos encontrar una. Pero la alegría dura poco, pues no llevábamos otro kilometro, cuando nos volvemos a perder otra vez. Yo ya pensaba, estos cabrones del primer grupo o del segundo nos la han preparado y nos están gastando una broma. Al final conseguimos dar con la senda buena, pero se había disgregado el grupo. No teníamos ni idea si alguien iba delante u otros se habían quedado atrás buscando la senda. Así que empecé a darle caña, alcanzando a gente del segundo grupo. La verdad es que aquí hubo un tramo precioso por una senda con un cañón al fondo que hacía sentirte en el paraíso, además por primera vez, teníamos sol. En un control intermedio me dicen que era el primero del tercer grupo, algo que dudaba mucho, pues el vietnamita y el americano estaba seguro que habían acertado con la senda antes que nosotros, por lo que seguí acelerando por el barro hasta llegar al famoso poblado de Cat Cat. Aquí tuve que preguntar a la gente por donde seguía, ya que tampoco ví marcas en un desvío, menos mal que estos si que me entendieron enseguida. Después de una bajada fuerte por unas escaleras que te dirigen a una cascada y luego una ligera subida, consigo ver a los dos fugados que empiezan a subir el tramo final, una carretera ya asfaltada, unos tres kilómetros faltan hasta la meta pero con un desnivel muy fuerte de subida.. Bueno, pues según cruzo el puente y comienzo a subir a su caza por la carretera a los 100 metros decido pararme en seco y sentarme en una pequeña explanada a esperar al grupo con el que había venido. Y así veo con satisfacción que ligeramente en cabeza de ese grupo viene……Stephanie, mi chica del alma. Me pongo con ella, codo a codo y empiezo a animarla. La empujo por detrás (por la mochila degeneraos, que es que hay que explicarlo todo) para que coja fuelle y consiga irse un poco de los que venía detrás, pues estaban a escasos cien metros. Le digo que se agarre a mi camelback y comienzo a tirar con fuerza. La vuelvo a empujar otra vez y así conseguimos llegar a meta, juntos de la mano y nos fundimos en un abrazo (lo siento pero la cosa no acabó en romance). Allí había recibiéndonos un festival de gente, con danzas y música. Muy bonito. Pero lo que más nos apetecía era una ducha caliente y una buena comida, que además andábamos con el tiempo apretado, por lo que comenté anteriormente. Es más, algunos se quedó sin postre porque como sólo hay un tren que sale de Lao Cai a Hanoi, no lo podíamos perder.
Pues nada, de vuelta otra vez por la noche en tren a Hanoi, nos llevan al hotel Hilton a desayunar y donde es la entrega de premios.
CONCLUSIÓN
Ha merecido la pena. Como en todo, ha habido pequeños fallos, a veces por despiste, a veces ajenos a la organización, especialmente en el marcaje, pues algunas marcas las quitaban los niños. La prueba ha sido dura, muy dura, pero muy emocionante. Lo que me cuesta entender un poco, es como hay gente que se apunta a este tipo de pruebas sin una preparación mínimamente aceptable. Es un riesgo muy alto, que puede traer mayores desgracias. Y, como en este caso, provoca que la organización tenga que cambiar recorridos. Y estas carreras son muy exigentes, aunque sólo las quieras hacer andando. Personalmente me he “divertido”, porque hago lo que me gusta. Me ha gustado la zona, el recorrido, el ambiente, la gente. Sobre todo la gente, tanto corredores, como organizadores o lugareños. Es un ambiente genial. La pena es que mi dominio de la lengua de Shakespeare todavía deja mucho que desear, pero todo se andará. Debo recalcar el mérito que ha tenido Laura al hacer esta prueba. No venía en condiciones, sin entrenar apenas y con problemas de salud. Y ha acabado tercera. Lo mismo que Carlos, todo un detallazo lo que hizo en esta prueba con Laura.
Pero lo que ha tenido realmente mérito es… que me hayan aguantado a mí durante todos estos días, que hemos compartido viajes y tienda durante toda la carrera. Para mí ha sido un lujo y un placer el estar con ellos compartiendo impresiones, comentarios y aventuras.