24 abr 2012

MATRABERC TRAIL - HUNGRIA


El día 22 de abril se celebró una nueva edición de la Matraberc-Trail. Una carrera de trail de casi 60 km. que se celebra en el sureste de Hungría y que une las localidades de Sirok y de Szurdokpüspöki.


Estas localidades apenas tienen alojamientos, pero yo me quedé en Budapest, concretamente en el Danubius Hotel Arena, un hotel un poco alejado del centro, pero con buenas combinaciones para ir a ver la ciudad (cuidado cuando vayáis a Budapest y uséis el metro. Cuando compréis el billete tenéis que fichar con él la entrada, pero no os imaginéis que es como aquí, que cuando metes el billete se abre la barra para pasar. Allí no hay barras para pasar, la entrada es libre y las maquinitas para fichar el billete no están nada visibles y mucha gente (casi siempre turistas) ni las ven, por lo que cuando van a salir, los vigilantes que hay en la salida te piden el billete y si no está “picado”, multa al canto (8.000 HUF). Así que o tienes buen rollo para librarte o a pagar (y en este país funciona todavía el soborno). Eso sí, el metro es bastante cutrillo, pero rápido y barato. Bueno sigo. Elegí este hotel, porque la organización ponía un autobús el día de la carrera (al precio de 2000HUF, casi 7 euros) que te lleva a la meta, donde recoge a otros corredores que se alojaban allí y después a la salida (Sirok). La distancia no es muy larga, en coche es una hora más o menos, pero en bus se hace un poco más larga (unas tres horas, con las paradas indicadas).

El día amaneció bastante bueno. Había estado lloviendo la semana anterior, pero este fin de semana nos respetó el tiempo y había unas muy buenas condiciones para correr (ideal para las nuevas Salomon Lab). No sé exactamente cuántos corredores estábamos en la salida, yo calculo unos doscientos. Por la zona por donde transcurría la carrera, había presupuesto que el recorrido no era muy técnico, ya que no es un lugar de alta montaña al que estamos acostumbrados por aquí, aunque sea la zona más montañosa del país y subamos al pico más alto (Kékestetö: 1014m).

La organización había previsto cinco avituallamientos más los de salida y llegada, cómo lo había hecho otros años. Pero este año sólo hubo tres intermedios, dónde estaban los controles, por lo que había que calcular y controlar el agua y avituallamientos que tenías que llevar, ya que el primer avituallamiento-control estaba en el km 20,1, precisamente en el pico más alto del país. Así que me llevé tres geles, dos sobres de sales,y dos barritas más otras dos que me desayuné, todo de Power Bar.

Sirok está a 190 m sobre el nivel del mar. La salida se dio a las 9 de la mañana. En un principio se formó un pequeño grupo de cuatro corredores, dónde iba incluido. Dos se fueron escapando, yo me quedé sólo y el otro se descolgó. El recorrido va transcurriendo siempre por bosque, por sendas y pistas en continua subida, pero también con bajadas. No son subidas largas, pero sí tienen repechos duros, que van haciendo daño y en el km 15 alcanzo a los dos corredores que iban delante y así llego al primer control (km 20,1: Kétestetö: 1014m). Los avituallamientos están bastante bien, hay de todo. Así que relleno mis botellines y a seguir que esto no ha hecho nada más que empezar.

Desde aquí comienza una bonita bajada, con algún pequeño tramo algo técnico y zigzagueando siempre por bosque. La senda está bien marcada, con pintura rosa. Pero el recorrido es un continuo sube y baja. En poco menos de una hora y, después de otra dura subida, llego al siguiente control ( km 29,8: Galyatetö: 960m) con una ligera ventaja de unos cuatro minutos sobre el dúo perseguidor.

La temperatura ha subido y hace calor. Hay que hidratarse, porque los controles están alejados y desde aquí a meta, que todavía quedan casi 20 km., no hay ningún avituallamiento más, y tampoco hay fuentes por el camino. Cuando llevo corriendo unos 35 km y bajando a saco por una senda no consigo ver una marca. Lo cierto, es que cuando bajas fuerte, tienes que estar más pendiente de dónde pones los pies, que de levantar la cabeza, así que me perdí unos minutos, justo al llegar a un cruce y no ver marcas, ya que el recorrido estaba muy bien marcado en los cruces. En ese momento llegan los dos corredores que venían detrás y les pasa lo mismo. Al no ver marcas decidimos volver y enseguida vimos dónde estaba la marca y por dónde iba el recorrido. Pero éstos venían muy fuertes y me pasaron, sobre todo cuando el terreno era llano. Yo mantenía mi ritmo y en la siguiente subida ya les volví a ver. Después comenzaba una de las bajadas más bonitas de la carrera y ahí les volví a sobrepasar. Pero al llegar de nuevo al llano me pasaron otra vez como motos y así llegamos al último control (Km. 42,8: Mátrakeresztes: 392m), yo en tercer lugar pero a menos de un minuto. Y comenzó la última subida. Y aquí fue dónde empecé a descolgarles poco a poco. Subía a ritmo. Una subida larga, pero tendida, como siempre con toboganes y, también como siempre, por bosque hasta llegar al collado de Muzsia ( 805m) y siendo el km 48,7. A partir de aquí comienza una bajada, casi ininterrumpida, muy entretenida, hasta llegar a la pista que te lleva al pueblo. Serán unos dos kilómetros por pista y algo más de un kilómetro por el pueblo hasta llegar a la meta de Szurdokpüspöki ( 58,2 km:144m), en un tiempo de 5h y 39 minutos, batiendo en 6 minutos la anterior marca.

No recuerdo exactamente, a ver si veo la clasificación, pero el segundo llegó a unos 8 minutos después y no era precisamente ninguno de los que venían detrás después del último avituallamiento. Éstos debieron de pinchar mucho ya que les pasó un corredor, creo que austriaco, que fue el que llegó segundo y tercero sí que fue, precisamente el que venía tercero.


Una carrera muy familiar, con buen ambiente, muy buena organización y con un recorrido, que aunque no es altamente técnico, sí que es muy bonito y muy rompepiernas.

       Con Csaba Németh, gran corredor de trail y organizador de esta prueba. Y nos veremos en la Transvulcania

El podium fue el siguiente:
 1º- Salvador Calvo Redondo,
2º- Wolfgang Zingl,
3º- Szabolcs Beda

P.D.: quiero agradecer enormemente a Fran y a Carlos de La Bañeza su ayuda y cooperación para traerme desde el aeropuerto de Madrid, ya que me quedé sin autobús y ellos venían de correr la Tramontana en Palma de Mallorca.