DESDE PARIS,…CON,…
Viernes 15 de mayo.
Volamos desde Avilés hasta París (CDG). La verdad es que
puedes volar por menos de 100€. En París tenemos una amiga, Emma, que nos cede
su apartamento, muy cerca de la Bastilla, para dormir.
Sábado 16
Al día siguiente tenemos que coger un tren que nos lleva a
Quimper (Bretaña francesa), que es donde vive la madre de Nary. Son casi cinco
horas de viaje y tenemos que hacer un trasbordo en bus de casi dos horas (sólo
a la ida, a la vuelta es directo). Lo curioso es que sale más caro el billete
de autobús que el de avión. Llegamos sobre las tres de la tarde. Aunque no
conocemos la ciudad salimos a entrenar un poco buscando algo de bosque y a lo
largo del río Odet conseguimos llegar a un bosque con sendas muy bien marcadas.
También hemos hecho un poco de turismo por Quimper. Me
parece una pequeña ciudad muy bien cuidada, bonita y con unos dulces que están
buenísimos.
DOMINGO 17
Hoy salimos a dar un paseo familiar por la ciudad. Hemos
visto a mucha gente andando, andando a paso ligero y a alguno corriendo.
También hemos visto marcas a lo largo de la ciudad y por un pequeño paseo
fluvial. Al final nos encontramos con una especie de avituallamiento y nos
comentaron que estaban haciendo una marcha. Se veía a mucha gente mayor y me
resultó curioso e interesante.
Después vino la hermana francesa de Nary y su sobrino a
buscarnos y nos fuimos a la playa, a Benodet. Nos dimos una buena comilona.
Pero como queremos salir a correr todos los días, hoy no sabíamos cómo hacerlo. Así que al final decidimos volver a Quimper corriendo y no en coche. Hay unos 21 kilómetros y aunque no conocemos la carretera nos aventuraremos a ver que sale. Al principio seguíamos las señales, pero al mismo tiempo también queríamos evitar el asfalto. Al poco tiempo vimos una señal que ponía “ruta para bicicletas a Quimper” y la seguimos. Otras veces intuíamos que era mejor seguir algún camino paralelo. Y otras veces tuvimos que preguntar a algún vecino de alguna casa cuál era el camino para Quimper. Pero llegamos en dos horas.
Pero como queremos salir a correr todos los días, hoy no sabíamos cómo hacerlo. Así que al final decidimos volver a Quimper corriendo y no en coche. Hay unos 21 kilómetros y aunque no conocemos la carretera nos aventuraremos a ver que sale. Al principio seguíamos las señales, pero al mismo tiempo también queríamos evitar el asfalto. Al poco tiempo vimos una señal que ponía “ruta para bicicletas a Quimper” y la seguimos. Otras veces intuíamos que era mejor seguir algún camino paralelo. Y otras veces tuvimos que preguntar a algún vecino de alguna casa cuál era el camino para Quimper. Pero llegamos en dos horas.
Esta noche Marie Françoise, la madre de Nary nos preparó
unas ostras y un centollo. El marisco en esta zona no está tan caro.
LUNES 18
Esta mañana fuimos a entrenar por el parque que hay
siguiendo el río Estera (o algo así), que es donde vimos el avituallamiento el
domingo pasado. Es un bonito parque con sendas también muy bien marcadas que te
llevan a un bosque, también con sendas bien marcadas. Lo cierto, es que da
gusto correr por ciudades con lugares tan bien cuidados y con tantas sendas que
te salen prácticamente de la misma ciudad (a ver si aprendemos; por algo es
Francia el país del mundo con más turismo, y no precisamente de playa).
MARTES 19
Cómo ayer hicimos un recorrido, hoy fuimos a hacer otro
distinto, saliendo también por el mismo parque de ayer. El peligro que tengo yo
aquí es que después, o antes, de entrenar, si pasamos por alguna
panadería-pastelería, el dulce me pierde. ¡Qué bueno está todo!
A media mañana cogemos el tren de vuelta a París. Volvemos
al apartamento de nuestra amiga Emma. Por la tarde salimos a correr otra vez.
Hemos descubierto una ruta verde desde La Bastilla (a tres minutos de casa)
hasta Le Bois de Vincennes y el lago Daumesnil. Está a unos cuatro o cinco
kilómetros y está muy bien para entrenar
y luego en el bosque puedes dar vueltas cortas, largas,…
Después fuimos a visitar a un hermano de Nary al barrio de
Chinatown y nos quedamos a cenar por allí.
MIERCOLES 20
Hoy tocaba la visita clásica turística por París. Pero
queríamos hacerlo de alguna manera más original y acorde a nuestros gustos, así
que decidimos recorrer el París turístico corriendo, no en plan competición ni
entrenamiento “oficial”, pero si corriendo a nuestra bola, parando a hacer
fotos, seguir corriendo, hacer un poco “el gamba”, vamos, lo típico pero con
mallas y zapatillas.
Y este fue el itinerario: salimos de La Bastilla, cruzamos
el Puente de Austerlitz
y corrimos por la orilla izquierda del Sena.
Por aquí hay bastante gente corriendo pues está muy adecuado para corredores y bicicletas. Es más, en una zona del paseo, había dibujada en el suelo un pista de las de atletismo (de 100 m) con cuatro calles. Llegamos al puente (no recuerdo el nombre) ese que está lleno de candados (no dejamos ninguno, eh)
y seguimos corriendo hasta llegar a la catedral de Notre Dame. A partir de aquí el día se nubló y empezó a llover. Como la lluvia arreciaba nos refugiamos en una de las entradas del metro. Cuando suavizó continuamos corriendo y llegamos a la Tour Eiffel.
Después de las típicas tópicas fotos haciendo el gamba,
cruzamos el puente del río Sena hacia la otra orilla para dirigirnos al Arco de Triunfo. A lo largo del Sena se corre muy bien. Cuando cruzamos el puente hay algún semáforo pero se puede correr prácticamente sin parar. Así llegamos al Arco de Triunfo.
Desde aquí bajamos por los Campos Elíseos y llegamos al Obelisco.
Las aceras son lo suficientemente anchas para poder correr sin problemas de atasco o de gente. Del Obelisco fuimos a las Tulerías.
La verdad es que está al lado. Este parque está frecuentado por bastante gente. Tiene otro Arco y justo detrás está el Museo del Louvre. Fotita con la pirámide que hay.
Desde aquí volvimos a cruzar el Sena para ir al barrio de Saint Michel,
donde solía ir Nary a comprar/intercambiar libros y a comer. Y aquí nos quedamos a comer. Es una zona muy buena para comer, ya que, estando en el centro de París es bastante asequible comparado con los precios que suele haber en esta ciudad.
y corrimos por la orilla izquierda del Sena.
Por aquí hay bastante gente corriendo pues está muy adecuado para corredores y bicicletas. Es más, en una zona del paseo, había dibujada en el suelo un pista de las de atletismo (de 100 m) con cuatro calles. Llegamos al puente (no recuerdo el nombre) ese que está lleno de candados (no dejamos ninguno, eh)
y seguimos corriendo hasta llegar a la catedral de Notre Dame. A partir de aquí el día se nubló y empezó a llover. Como la lluvia arreciaba nos refugiamos en una de las entradas del metro. Cuando suavizó continuamos corriendo y llegamos a la Tour Eiffel.
Después de las típicas tópicas fotos haciendo el gamba,
cruzamos el puente del río Sena hacia la otra orilla para dirigirnos al Arco de Triunfo. A lo largo del Sena se corre muy bien. Cuando cruzamos el puente hay algún semáforo pero se puede correr prácticamente sin parar. Así llegamos al Arco de Triunfo.
Desde aquí bajamos por los Campos Elíseos y llegamos al Obelisco.
Las aceras son lo suficientemente anchas para poder correr sin problemas de atasco o de gente. Del Obelisco fuimos a las Tulerías.
La verdad es que está al lado. Este parque está frecuentado por bastante gente. Tiene otro Arco y justo detrás está el Museo del Louvre. Fotita con la pirámide que hay.
Desde aquí volvimos a cruzar el Sena para ir al barrio de Saint Michel,
donde solía ir Nary a comprar/intercambiar libros y a comer. Y aquí nos quedamos a comer. Es una zona muy buena para comer, ya que, estando en el centro de París es bastante asequible comparado con los precios que suele haber en esta ciudad.
Una vez comidos decidimos regresar andando. Hay que reposar la
comida tranquilamente. No recuerdo exactamente cuánto tiempo nos llevó todo
esto, pero creo que no más de tres horas, incluidas todas las paradas para
fotos, lluvia y otros menesteres,…
Por la tarde cogimos un tren para dirigirnos a
Roissy-en-Brie, una pequeña ciudad a las afueras de París para visitar a una
amiga de Nary y que yo conocí también en Camboya y porque aquí vivió Nary su
infancia y estudió en el instituto. Y allí nos quedamos a dormir.
JUEVES 21
Después de un buen desayuno (Baya, la amiga de Nary trabaja
de cocinera y eso se nota), salimos a entrenar. No muy lejos hay un inmenso
bosque con muchos caminos y sendas y por allí “nos perdimos” casi tres horas.
Una buena comida de couscous y de vuelta a París, pues habíamos quedado con otra amiga. Nos reunimos con ella y nos fuimos a su casa a Versalles. Cena otra vez a base de couscous y al día siguiente regreso a casa.
Una buena comida de couscous y de vuelta a París, pues habíamos quedado con otra amiga. Nos reunimos con ella y nos fuimos a su casa a Versalles. Cena otra vez a base de couscous y al día siguiente regreso a casa.
CONCLUSIONES
Nunca me había planteado hacer un viaje de este tipo. Ni en
mis peores sueños. Yo, que siempre he sido un adicto a la montaña, a la
aventura, si alguien me dice hace un año que iba a hacer un viaje de este tipo,
le hubiera fulminado con la mirada. Pero la vida da muchas vueltas y nunca
puedes decir de esta agua no beberé. Y la verdad es que no me aburrí, ni lo
pasé mal, todo lo contrario, disfruté muchísimo y me divertí bastante, pero
ojo, no es Picos, ni los Andes o el Himalaya. Marquemos las distancias. Si hay
que elegir, lo tendría clarísimo. Pero una cosa no quita a la otra y hacer
viajes de este tipo me ayuda a ver y comprender que hay más vida que las
montañas.
Otro aspecto que me ha llamado la atención es lo bien
organizado, marcado y cuidado que tienen todo, y no sólo París, sino las
pequeñas poblaciones que visité. Todo para mejorar la calidad de la gente,
muchas vías para bicis, todos los bosques con sendas y caminos muy bien
marcados y señalizados, todo prácticamente limpio, etc etc. Así, no es de
extrañar que Francia sea el primer país del mundo con visitas turísticas y, no
precisamente, viven del turismo de playa. Así que, en vez de criticar tanto a
los gabachos, eso que tanto nos gusta, deberíamos aprender bastante más de
ellos, ya que nos queda mucho por aprender.
¡¡¡¡¡¡Vividores!!!!!
ResponderEliminarInteresantes reflexiones finales. Aunque personalmente, por amor, yo seguiría criticando a los gabachos.
Paz, kilómetros y desnivel (positivo).