No conocía esta parte de los Pirineos. Quizás era la única
zona que aún no había pisado. Así que, ante la invitación que me propuso Ramón
para hacer esta carrera, ver el perfil y el lugar por donde transcurría, no lo
pensé mucho y decidí ir. Siempre me atraen los lugares que no conozco.
De todos modos, y haciendo un inciso, también me habían
llamado de Canfranc. Al parecer quieren darle un empuje a la maratón más bonita
y espectacular que hay ahora mismo en España y también tienen en mente, como
no, hacer una ultra. Así que me llamaron para hacer un video promocional y allí
me planté. Espero que todo llegue a buen puerto, desde luego, los ingredientes
los tienen, y buenos.
Al día siguiente partí para Esterri d’Aneu, lugar de donde arrancaba
la ultra. Allí me encontré con algunos conocidos. Pero de lo que estábamos
pendientes era de la meteorología. Pronosticaban buen tiempo, pero esto es alta
montaña y esto es algo impredecible. De hecho, el día de la carrera amaneció
lloviendo, pero despejó antes de la salida.
La salida fue a las 6 de la mañana. Como de costumbre, al
principio en grupo hasta que aparecen las primeras subidas, no muy fuerte pero
que van estirando la carrera. Íbamos un pequeño grupo delante y al llegar a una
carretera, siguiendo las marcas vamos…en dirección contraria. Al parecer estas
marcas eran las de otra carrera. Por suerte, algunos llevaban GPS y nos dimos
la vuelta. Esto hizo que nos juntáramos de nuevo casi todo el pelotón. Pero
bueno, fue al principio y no fue mucho tiempo.
Y así llegamos a Espot donde
empezaba la primera subida fuerte de la carrera hasta el coll de Fogueruix, 800
metros de desnivel en 5 km con pendientes de hasta el 45%. Desde aquí una buena
bajada por senda hasta Planes de Son.
Seguimos hasta Tésol y aquí empieza la fiesta. 1.150 metros
de desnivel positivo en 5km de pala pirenaica con pendientes hasta el 50%. Esta
subida era cronometrada y tenía premio, siempre y cuando acabaras la carrera
(que por cierto hice el mejor tiempo, quizás porque el fin de semana anterior
había hecho el km vertical del Catoute y venía con buenas sensaciones, vaya
usted a saber). Jejeje, el premio eran seis botellas de cerveza (…para los/as
cinco primeros que vengan a casa).
Pero lo mejor venía ahora. Vaya cresteo, alucinante,
un kilómetro de cresta para enmarcar. Estamos dentro del parque nacional de
Aigüestortes y Sant Maurici. En este tramo ya nos desmarcamos Tito y yo.
Vamos
solos, aunque seguidos muy de cerca por Alex Colomina. Beber agua de estos
lagos y fuentes no tiene precio. Y más con el calor que hace. Esto es agua.
Desde el Pinetó bajamos hacia el valle de Cabanes, piedra y canchales para
luego hacer la subida al cuello de Basiers. Este tramo forma parte de Carros de
Foc y es el punto más alto de la carrera: 2.759m. Seguimos por una senda de
piedra, pasando lagos, cascadas y arroyos hasta llegar al refugio Mataró. En
este tramo, al llegar a un avituallamiento, tuvimos un pequeño lapsus. No
sabíamos si nos habíamos saltado un control. La verdad es que hubiera sido una
faena, pero seguimos siempre las marcas. Así estuvimos un rato, hasta que
apareció Alex, que como traía GPS, pudimos confirmar que lo habíamos hecho
bien.
Continuamos subiendo hacia el lago Helado para bajar a
Saboredo. Aquí Tito y yo nos volvimos a parar. No había marcas. Una persona nos
dijo que era por la senda que íbamos, pero yo bajaba y no veía ni una sola
marca. De nuevo a subir y hablar con Tito. Joerrrr, en el breifing nos dijeron
que había marcas cada 50m y aquí no hay ni una en un km, por lo menos. Y vuelve
a llegar Alex con su GPS y confirmamos que, efectivamente es por ahí. Bajamos
por una senda pedregosa hasta llegar a una pista y……….por fin una marca
(desgraciadamente, como suele ocurrir en algunas carreras, siempre hay algún
gilipollas que tiene como deporte quitar marcas).
No seguimos la pista, pues unas marcas nos indican un desvío
a la derecha para empezar a subir por una pradería, que pronto es senda y nos
lleva al puerto de la Bonaigua.
Aquí hay otro avituallamiento, pero hay que
seguir subiendo por esas sendas herbosas hasta el Tuc de la Cigalera (2.486m).
Al final, otros 1.600 metros positivos para el cuerpo. Estamos en el parque
natural del Alto Pirineo. Ahora comienza una bajada por el valle de Muntanyó
que nos lleva al lago de Garrabé, un sendero pedregoso con canchales y algo de
barro por sendas sube y baja. Antes de llegar a Boren, tuvimos otro pequeño
lapsus. Bajábamos por una pista y veo una marca con cinta muy larga a la
izquierda, pero nada más. Seguimos bajando y me doy cuenta que no hay marcas.
Nueva parada, nueva consulta al GPS y, efectivamente, nos hemos pasado. Vuelta
a subir a coger el desvío a la izquierda. Aquí tuve un momento malo, pero
conseguimos llegar a Isil, donde esperaba el remate final.
Comenzamos a subir por una pista y llegamos a una especie de
refugio, donde estaba el avituallamiento. Desde este momento comenzaba la parte
más montañera y nos acompañó Ramón. Al principio una senda por bosque, en
continua subida hasta llegar a una planicie herbosa. El paisaje aquí es
espectacular, rodeado de alta montaña, con cascadas a ambos lados y arroyos de
agua. Pero este paisaje tan bucólico contrasta con el sufrimiento que tenemos
que hacer para subir hasta el collado de Montroig (al final no se subió a la cumbre
porque había nieve y podría estar peligroso, pero nos quedamos muy cerca). Esta
subida fue demoledora. La verdad es que aquí, aunque agotado, me encontraba
bastante bien. Ramón se quedó aquí a esperar a los demás corredores. Nosotros
seguimos. Desde este collado bajamos un poco, volver a subir, volver a bajar y
nueva subida. Un lugar precioso. Y ahora tocaba la última bajada, los últimos
kilómetros y ya estaba. Una preciosa senda entre rocas y lagos (Tartera, Tres
lagos, Ventolau) nos va bajando, al principio suave y luego de una forma más
abrupta hasta llegar a una pista. Y a partir de aquí me encuentro fatal. Tito
me dice que sólo quedan 8 km. Y detrás oíamos que nos habían recortado tiempo.
Al principio les sacábamos veinte minutos y parecía que se habían reducido a
diez. Joder, bajamos como cazas. Y yo, sin beber, ni comer, ni refrigerar mi
cabeza porque ya nos quedaba poco, empecé a sufrir lo mío…
Y para rematar la faena, pues no era todo para abajo. Otra
subida no muy larga, pero muy cabrona, con cadenas me sacaba las últimas gotas
de sudor que me quedaban y nos llevan a la capilla de San Beado. Y a seguir
corriendo, ahora hacia abajo e intentar no perder el ritmo. Voy fundido, pero
todavía nos han puesto otra jodida tachuela y además creo que atrás venían muy
cerca. Apuro al máximo, llegando a la carretera ya nos dicen que atrás viene a
más de veinte minutos. No sé si esto me alivia. Al final, como acordamos,
llegamos juntos a meta: 15 horas 10 minutos. 92,3km y 7344m de desnivel
positivo.
Nunca pactas hacer una carrera juntos. Yo salgo a ganar o a
hacerlo lo mejor posible. Esto te lo va diciendo la carrera. Creo que te das
cuenta y casi no hay que hablarlo. Pero si ganar una carrera está bien,
compartir esta experiencia con estas dos personas (Tito Parra y Alex Colomina)
y entrar juntos os aseguro que está mucho mejor.
Yo terminé vomitando y en el
centro de salud. Sencillamente genial el trato de Cruz Roja y equipo médico.
Alucinante lo de Tito, currando el día antes en un incendio, acaba la carrera y
vuelta al curro sin parar ni a tomar unas cervezas (que sepa que esto no caduca
y está pendiente).
Echaba de menos una carrera de este tipo, esas de
montaña-montaña, con una organización excepcional. Muy recomendable. No os la
perdáis, apuntadla en el calendario pues vais a disfrutar un montón.
Y aquí con quien llegó el último, un tipo muy majo, creo que polaco:
Enhorabuena por la carrera y el relato Salva. Un saludo. Luis Angel
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