24 may 2011

THE TRACK OUTBACK RACE- AUSTRALIA 10-18 MAYO 2011




Viernes 6:

León-Madrid. Madrid-Londres. Reunión con los otros dos españoles (Xesc y Ana) y con los franceses
Sábado 7:
Londres-Singapur (reunión con los alemanes). Singapur-Darwin
Domingo 8:
Darwin-Alice Springs. Y empieza la fiesta. Llegamos todos los europeos juntos. Llegamos al control de aduanas. Habíamos hablado con la organización respecto al problema que hay en Australia para introducir comida, incluida la liofilizada, pero nos comentaron que no habría problema, aunque el pasado año no nos dejaron meter nada. Pero, en cambio, este año sí que nos dejaron a todos, bueno a todos menos a uno, adivináis a quien….pues sí, me tocó a mí. Me tocó la borde de turno, mirándome sobre a sobre, viendo las cantidades que había en cada sobre, si sobrepasaban lo permitido,….coño, pero si los demás llevan lo mismo y han pasado, por qué yo no puedo? Pues nada, ella a lo suyo. Y al final me quitó parte de la comida. No fue mucha, pero empezamos bien.
En Alice Springs dispusimos de dos horas para hacer cualquier compra extra, lo que necesitáramos, pues el quinto día de carrera, la organización había nos permitía hacer uso de material y comida nueva, que nos llevarían en una mochila. El problema lo tuvieron cinco corredores a quienes no les llegó el equipaje (que por suerte recuperaron al día siguiente). Después nos trasladan al campamento donde están montadas las tiendas y aquí estaremos dos noches. Las tiendas son pequeñas y sólo caben dos personas. A mí me acompaña Xesc (vaya tío más grande que es…). En la tienda de al lado está Ana con el coreano Jesse Jo (otras dos personas excepcionales). Durante el día hace bastante calor y la peor pesadilla son las moscas, son insoportables. Durante la noche, quienes nos invaden son los ratones, cientos de ellos, intentando entrar en la tienda, royéndola,…y algunos lo conseguían.
En la tienda organizamos todo lo que tenemos que llevar en esta carrera, la comida, la ropa, el material obligatorio,... El año pasado pasé bastante calor en Australia y este año he traído ropa y saco más ligero. Primer error. Pues durante la noche hace frío y tuve que usar un polar ligero para dormir.
Lunes 9:
Hoy toca revisión de material y control médico. Briefing explicando de lo que nos espera: 590 Km en autosuficiencia en 9 etapas. Supuestamente salimos de Alice Springs y terminaremos en Ayers Rock. Algo, que como veremos más adelante, tuvo varios cambios significativos, motivados por diversas causas.
Martes 10:
1ª Etapa: 30 km técnicos por un parque nacional. 2 Puntos de Control. Supuestamente transcurre por una senda del propio parque con indicadores azules cada cierto tiempo. Salimos a las 8 de la mañana. Enseguida nos ponemos en cabeza Christophe le Saux y yo. El terreno es muy entretenido, con mucha piedra, un secarral. En las partes más técnicas me voy, pero en el terreno más llano el francés me alcanza. Así hasta el primer Control, donde me voy un poco más, ya que hay subidas duras y el terreno es pedregoso. Así hasta que llego a la cresta y sigo por la senda bien trazada. Continúo por toda la cresta hasta que…la senda se acaba!!! Y ahora por dónde voy? Sigue un cresterío un poco expuesto, pero no veo a nadie detrás, así que doy la vuelta, pues me da que me he equivocado. Pero veo venir a lo lejos a otro corredor, por lo que entonces pensé que si que iba bien y volví a dar la vuelta de nuevo. Y otra vez en la cresta miro y no veo a nadie. Uuuff, esto ya me está cabreando. Otra vez la vuelta. Ahora veo a dos corredores, pero les veo que giran a la izquierda…??? Me dirijo hacia allí y veo que a la altura de un árbol hay otra senda que gira a la izquierda, pero que yo no ví y que tampoco estaba indicado el desvío. De hecho, aquí se perdió más gente (en esta etapa casi la mitad de los corredores). Ahora a intentar recuperar puestos y no perder más tiempo (ya había perdido más de hora y media). Al final conseguí llegar cuarto a meta a una hora y quince minutos del primero, pero agotado y tocado.
Miércoles 11:
2ª Etapa: 40 km también técnicos y continúa por el parque nacional. 3 Puntos de Control. Hoy la organización nos da casi dos litros de agua más para llevar, pues no pueden llevar agua al primer control, debido a lo inaccesible del lugar. A cambio nos llevan dos kilos de nuestra mochila hasta la meta. Salida de nuevo a las 8:00 de la mañana. Después del cabreo de ayer y, a pesar del sobreesfuerzo, mi intención era intentar recuperar tiempo, así que casi se repite lo mismo de ayer. El francés y yo en cabeza desde la salida. Este terreno me gusta para correr. Las subidas no son muy largas, pero sí técnicas, lo mismo que las bajadas o cuando hay que correr por el río. Al llegar al primer Control ya me había adelantado, pero no encontraba las marcas para seguir y el terreno era caótico (aquí hoy se perdió bastante gente). Llega el francés y buscamos las marcas, teniendo que usar el Road Book, hasta que conseguimos ver una en el fondo del río, por donde transcurre la ruta del Parque Nacional. Por el río me vuelvo a ir, esta vez algo más, ya que es un terreno inestable y pedregoso. La ruta sale del río por una senda que sube serpenteante hasta una cresta, luego vuelve a bajar al río y otra vez a subir. Así hasta que en una de las veces en que la senda se vuelve a meter en el río no veo ninguna marca. Veo otra senda a la derecha con marcas naranjas, pero ese color no debemos seguirlo. Sigo por el río pero no veo marcas, así que doy la vuelta y no queriendo que me vuelva a pasar lo de ayer vuelvo hacia la última marca en el río y después de 15 minutos llega el francés. Juntos buscamos la marca a seguir y después de un rato vemos en la otra orilla del río otra marca (nada fácil de ver). Total que estábamos sólo a menos de un kilómetro del siguiente Control y sólo nos quedaban 12 más para llegar a meta, kilómetros nada técnicos, por lo que llegamos juntos en unas cuatro horas. Y mi cabreo en aumento. En esta etapa se perdió todo el mundo, ya que el marcaje no era nada bueno y difícil de seguir, por lo que mucha gente no llegó a tiempo y hubo varios abandonos.
Jueves 12:
3ª Etapa: 60 km por río y pista. 3 Puntos de Control. Debido a la debacle de ayer hoy han recortado la etapa a 41 km. Los españoles vamos muy bien. Yo he recuperado el 2º puesto, Xesc va 4º y Ana es 1ª en chicas. Esta etapa transcurre, en una primera parte, por el cauce de un río que hay que cruzar varias veces, pero es llana. Pasamos el primer Control y poco más de un kilómetro después nos encontramos con un vehículo de la organización que nos dice que es el 2º Control. Cómo????, si acabamos de pasar el primero hace 10 minutos!!!. Pues nada, que nos dan otra botella de agua a mayores ya que tenemos 27 km hasta el siguiente Control y sin más agua, con el calor que hace. Conseguimos llegar al último Control y a partir de aquí los últimos 12 km son un infierno por una pista típica australiana, ancha, pedregosa, polvorienta y picando hacia arriba. Faltando quinientos metros para llegar a meta se me cae una botella, ocasión que aprovecha el francés para sacarme 30 segundos en meta.
Viernes 13:
4ª Etapa: 60 km, que serían cincuenta y pocos. A partir de aquí entramos en la monotonía. Pistas y caminos, caminos y pistas de tierra, arena y piedra, completamente llanos, con viento y con un paisaje repetitivo, seco y desolador. Lo único bonito de esta etapa fue donde estaba la meta, en una especie de playa de río. Volvimos a llegar juntos el francés y yo, ya que éste rueda bien en terreno llano.
Sábado 14:
5ª Etapa: 60 km, que también creo que fueron menos. Esta etapa aparentaba ser un calco de la de ayer. De hecho, orográfica y meteorológicamente casi no hubo diferencias. Pero la vida te da sorpresas, sorpresas te da la vida. (ahora lo veo con sentido del humor, pero, os juro, que en aquél momento, maldita la gracia que me hizo, y lo que me hizo sufrir a lo largo de los días siguientes, hasta el punto de pensar que tenía que abandonar). Llego al primer Control y, algo me sienta mal, pero realmente mal. Lo noto enseguida. Mi estómago se convierte en una hormigonera. Y cuando vas corriendo, algún esfuerzo imprevisto hace que ocurran situaciones, ahora cómicas, pero en ese momento trágicas. Y mi pantalón “cambia de color” de forma rápida e inesperada. Pero me es igual, no paro. Pero es que quien manda ahora es mi estómago y en esta ocasión o paro o provoco una catástrofe ambiental. Parada técnica. Aún así consigo alcanzar al francés. Pero el estómago sigue dando órdenes, pero ahora no puedo parar, queda poco para llegar a meta y después de un calvario consigo llegar a cinco segundos del francés. Pero la diarrea y el dolor de estómago es brutal. No me entra la comida, no me apetece comer. Estoy deshidratado, sin fuerzas y tumbado en la colchoneta. El médico y la enfermera me dan unas pastillas para el dolor y para la diarrea. También están pendientes de que beba agua con suero oral. Pero no veo yo que esto tenga mucho efecto y como esto no cambie tengo la impresión de que mañana no podré salir y tendré que abandonar. Y os juro que la cosa no tiene buena pinta con el paso del tiempo. Lo único que tengo a favor es que la etapa de mañana, que en un principio era de 60 km, la han acortado (en un principio suspendido) a 18 km, debido a la debacle de la segunda etapa y a que había gente que llegaba demasiado tarde y no tenían tiempo de recuperar. Pero yo no tengo ni idea de lo que pasará mañana. La decisión de poder correr o no tiene que esperar hasta ver como amanezca.
Hoy hemos podido tener comida nueva(aunque a mí de nada me vale, pues no puedo comer) y me he cambiado las zapatillas. Hasta ahora he corrido con las Lab y como de en adelante es todo pistas y caminos correré con las CrossMax (benditas zapatillas, que acierto)
Domingo 15:
6ª Etapa: 18 km (prevista de 60). Completamente llanos por pista de polvo, tierra y piedra. No me encuentro muy bien y estoy algo debilitado, por lo que no sé que podré hacer hoy. Aunque la situación ha mejorado un poco respecto ayer, pero no mucho. Aún así me presentaré en la salida y que sea la carrera la que me ponga en mi sitio, la que me diga las fuerzas de las que dispongo y del ritmo que pueda seguir. Son las 11:30 de la mañana. Dan la salida. El francés y Andrews, el australiano que va tercero, salen fuertes. No puedo seguir su ritmo, pero intento que no se vayan mucho. El estómago empieza a hacer de las suyas. Pero consigo apretar y a mitad de carrera alcanzo al australiano. El francés va doscientos metros por delante solamente. Pero voy muerto. Tengo que aguantar o reventar. El australiano da tirones, pero no consigue irse y así llegamos a meta, casi los tres juntos. Pero no puedo más. Me tumban en un vehículo porque me duele todo. Llega el médico y…tómate más pastillas (algunas las tiro). Nadie da nada por mí (hasta yo mismo lo veo negro). Me ven como a un cadáver (Ana, que me vió como acabé en el TordesGeants, me comenta que estoy mucho peor que allí,…que alegría!!!). Pero ahora quiero terminar. Como a la fuerza, sin ganas, para intentar recuperar algo de energía.
Lunes 16:
7ª Etapa: 63 km. Completamente llana por pistas y caminos de arena y piedra. Hoy la salida es una hora antes, a las 7:00 de la mañana. Parece que he recuperado algo y me encuentro mejor, pero tampoco estoy para tirar cohetes. El francés ha puesto un ritmo alto y voy a gancho, mis pulmones van a estallar y tengo que apretar alguna vez que otra el estómago, pero no consigue irse. Aunque he estado a punto de parar y bajar el ritmo en varias ocasiones ya que iba al límite y este terreno no me hacía ninguna gracia. Todavía no sé cómo pude aguantarle hasta el último kilómetro donde se me fue cien metros, pero conseguí llegar, fundido, roto y en el día, para mí, más duro y sufrido de todos los que había hecho. Pensé, que si mañana se repetía la misma historia, no tendría ninguna opción, vamos, que ni me plantearía el seguirle ni un solo kilómetro.
Martes 17:
8ª etapa: 61 km. Más de lo mismo. Etapa clavada a la de ayer, caminos y pistas totalmente llanos. Diferencia: hoy se ha salido supertranquilos. Menos mal. Tan tranquilos que casi entramos juntos los cuatro primeros de la general. Seguramente todos pensando y reservando para la etapa de mañana.
Miércoles 18:
9ª y última etapa: 129 km. Y sorpresa. Hoy, supuestamente, la etapa era dura y no sólo por la distancia, sino porque debería transcurrir, por caminos con dunas y arena, pistas,…pero la organización ha cambiado el circuito porque, la mayoría de la gente está tocada (o para facilitar mejor la organización de la etapa), así que de los 129 kilómetros, 100 van a ser por asfalto!!!!!!!, casi me da algo. Lo cierto es que hoy me levanté con más humor y con ganas de intentar de hacer lo posible para gastar mis últimos cartuchos. Aunque el asfalto no entraba en mis planes. Se dan dos salidas, una a las 5 de la mañana para el grupo más lento y otra a las 9 para el grupo más rápido. Hasta el segundo Control íbamos tranquilos. De hecho, Silvan, otro francés venía nosotros. Pero había que arriesgar y tiré un poco, consiguiendo descolgar a este corredor que iba con nosotros, pero Christophe se ponía delante para ralentizar la marcha. El asfalto empezó a partir de este segundo Control. Una carretera casi recta, interminable, con viento, calor y que casi siempre picaba hacia arriba, por lo que te iba destrozando mentalmente. Al llegar al cuatro Control volví a dar otro tirón. Vi que el francés se quedaba un poquito pero se pegaba a mí enseguida. Así hasta que las fuerzas empezaron a menguar. Luego estaba lo de los controles. Nos habían dicho que habría cada 14 o 15 km, pero a partir del 6º la distancia aumentó. Lo supimos por los tiempos de paso. Era imposible que viniéramos haciendo sobre 1h 20 o 1h 30 y de pronto nos fuéramos a más de 2 horas, a pesar de que el ritmo era casi parecido. Por si fuera poco en el Control nos decían que había 18 km hasta el siguiente, pero no era así. Eso me estaba alterando. Calculaba el agua y la comida en función de la distancia, y diferencias de 6 o más kilómetros entre controles es mucha diferencia. En el último Control nos dicen que nos quedan 15 km de asfalto y 3 de pista para llegar a meta. Mis fuerzas ya están justas, pero mantengo el ritmo. El tiempo pasa. El francés me dice que ya hemos pasado muchos kilómetros y deberíamos haber llegado al desvío. Llevamos más de dos horas. Es imposible y la falta de fuerzas hace que mi adrenalina se me dispare. Por eso , cuando por fin llegamos al desvío, donde había un coche de la organización y nos dice que aún nos quedan 4 km, me paro jurando en arameo y que corra Rita la cantaora. Christophe me dice que sigamos. No sé cómo me puse a correr de nuevo, pero ahora ya más tranquilamente, quizás para acabar cuanto antes todo este sufrimiento y descansar de una vez. Y así conseguí llegar a meta después de 13 horas y media de etapa.
CONCLUSIÓN:
-Sobre la organización: me pareció buena gente, pero creo que se les fue de las manos. Tienen algunos aspectos que mejorar. Cuando me presentaron la carrera era una cosa diferente a lo que realmente fue. El marcaje fue bastante defectuoso. En algunos sitios ponían marcas innecesarias y donde realmente hacían falta no existían. Y, ojo, perderse aquí puede ser fatal. Hay mucho calor y no hay agua casi por ningún sitio. Las tiendas donde dormíamos tienen que mejorarlas. De hecho, algunas se rompieron al segundo día, aunque conseguían arreglarlas a lo MacGyver. Cuando llegábamos a meta, en bastantes etapas, las tiendas aún no estaban montadas y teníamos que ayudar nosotros o ser nosotros mismos los que lo hiciéramos (después de la paliza que te has dado…). Las distancias entre los Puntos de Control, en ocasiones, eran muy diferentes a lo que nos decían. En la última etapa sería conveniente una llegada a un lugar, sino civilizado, si con alguna infraestructura básica para poder darte una ducha, beber algo y comer algo diferente.
-Sobre la carrera: las tres primeras etapas fueron muy entretenidas, técnicas, divertidas, duras. Me gustaron. Fue una pena lo del marcaje. Pero a partir de la cuarta etapa, se convirtió en una carrera llana, plana, monótona, para rodar y rodar. Le sobró el asfalto final.
-Sobre la alimentación y material: A parte de la comida liofilizada, el gasto en una prueba de estas es inmenso: 25 barras energéticas de Power Bar. Una diaria para el desayuno, el resto distribuidas a lo largo de las etapas. 18 geles de Power Bar. Usados, sobretodo, a partir de mitad de cada etapa. 5 bolsas de caramelos con vitamina C de Power Bar. Usados, casi de la misma manera que los geles. 5 tubos de Magnesio líquido de Power Bar. Sales y recuperador de Power Bar usados durante y al final de cada etapa.
La ropa de Salomon genial. Camiseta (Exo SS Zip Tech Tee) ajustada como un guante. Ni una sola rozadura en los 9 días. Pantalón (Exo Wings TW Short) lo mismo. Increible. Sólo lo lavé un día, por razones evidentes y está como nuevo. Medias de compresión (EXO III Calf), ni las noté que las llevaba. Gorra para el sol. Camel Back Xa20 con parte frontal. De maravilla para llevar todo, sin problemas en el ajuste al cuerpo. Zapatillas, fue lo único que me cambié en los 9 días: XT Wings Lab en la primera parte pedregosa y técnica. De cine. CrossMax en la segunda parte. De lo mejor que he llevado. Ni un solo problema incluso en el temido asfalto.
-Sobre la gente: como siempre, lo mejor de esta carrera. Lo bueno que tiene participar en este tipo de pruebas es la gente con la que vas, con la gente que te relacionas, con la gente que compartes penas, alegrías y sufrimientos. Descubres personas excepcionales. Y algunas todavía son capaces de sorprenderte. Xesc ha sido una de las personas más grandes que he conocido con las que he compartido carreras y tienda (el George Cloony español). Cuando estaba realmente jodido, allí estaba él, buscándome lo que necesitase (no se me olvida cuando apareció con una coca cola en la mano el día que estaba tocado), dándote ánimos y siempre amable y sonriente. Y no lo digo yo sólo lo grande que es. Era un comentario unánime. Un tío que pudo haber quedado tercero y que por echar una mano a su “enemigo”, el australiano Andrews, en la última etapa, quedó cuarto. Pero la vida te da lo que siembras. Y el australiano compartió el tercer premio con Xesc dándole la pintura aborigen. Impresionante. También está Ana. Se está convirtiendo en nuestra “niña mimada”. Llegó primera a meta, en una carrera, que como hablábamos entre nosotros, al principio, iba a ser una carrera de eliminación y ella lo consiguió. El coreano Jesse Jo, fue el recuperador, masajista, animador de Ana e, incluso, conmigo. A pesar de llegar casi siempre de los últimos y con poco tiempo para recuperar, siempre estaba dispuesto para echarte una mano. A mí me daba masajes (en la mano, pues decía que representaba el estómago) para intentar recuperar mis problemas estomacales. Siempre le veías con buen humor. Youssef el kuwaití. Verle llegar el último a meta en la etapa larga, un tipo tan grande, con ese bigote y perilla que impresionaba, y con lágrimas en los ojos, agradeciendo a todo el mundo, fue emocionante.
Y la pregunta de siempre…?: Por qué nos metemos en este tipo de pruebas? En este caso, nueve días corriendo, con calor durante el día, con frío por la noche, con moscas insoportables, con ratones incordiantes,… nueve días sin ducharse ni un solo día, con la misma ropa todos los días, cocinando en una hoguera, donde la ceniza también entraba en el menú, con falta de higiene, con las manos sucias, con arena por todo el cuerpo, durmiendo mal, comiendo peor, sabiendo que no vas a ver a nadie en carrera, que nadie te va a aplaudir, que estás en auténtica soledad, desamparado, sin público, que llegarás a meta sólo y te recibirán dos o tres personas…, yo tampoco lo entiendo…pero me gusta y repetiré, no sé dónde ni cuándo, pero lo haré.

11 comentarios:

  1. Enhorabuena Salva. Un placer leerte, como siempre, tan directo y sin pelos en la lengua.
    s

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  2. Felicidades Salva, a ver para donde tiras este verano a entrenar que quiero volver a coincidir contigo. Teníamos pensado Monte Negro.¿Hace?

    Yo me he solidarizado con tu estómago y de cara a Zegama tengo gastroenteritis y estoy en casita fatal, llevo leyéndote desde las 8 y termino ahora, voy a sorbitos, tu aventura y el suero... pero el domingo lo intentaré, la carrera digo, me anima porque comparado con tu aventura..!

    Mientras leía se me pasaba por la cabeza, qué pensaría Ser13gio, si él haría alguna entrada sobre el debacle..ahora al escribir veo su comentario. Que llevo un rato disfrutando el pistorro y el alquitrán.¡Qué mal gusto P.D!
    Este mundillo del blog nos acerca, me ilustra, me enseña mucho.
    Espero verte pronto.
    Un abrazo.

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  3. He viajado dos veces a Australia y no creo que vuelva más. No me ha gustado mucho el paisaje, la zona (y la gente). La verdad es que si doy una patada en mi pueblo tengo cincuenta sitios mejores que lo que he visto por allí. Lo que ocurre es que por aquí siempre nos quejamos y protestamos de lo que tenemos (y lo mal aprovechado e infrautilizado que lo tenemos todo). Manoli, no conozco la prueba de Monte Negro, pero, además, este año lo tengo más apretado que el tornillo de un avión. Eso sí, lo que más me está atrayendo últimamente es algo parecido a lo que hice por los Tatras en Polonia y Eslovaquia. Me gusta ir a correr por alguna cordillera montañosa de algún país, sin saber lo que voy a tardar, dónde voy a dormir, si podré comer en algún sitio,...vamos, dejando todo a la improvisación. Y este año he pensado en los Cárpatos Ucranianos. Si te apetece...

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  4. Enhorabuena Salva!! francamente un placer leerte y si grande es Xesc y Ana no menos lo eres tú, brutal tu tensión competitiva aún cuando tu salud se resiente.
    Valentín

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  5. Salva

    A ver si van a pensar que en la tienda cutre nos hemos vueltos moñas... Cuidate campeón.

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  6. Muchas felicidades Salva. Vistos los contratiempos que has tenido y haber aguantado ahí en cabeza...es impresionante!! De no haberte pasado nada estaba claro el vencedor.

    Y lo de Ani, sin palabras, qué fortaleza mental tiene!!!

    Un doble abrazo de Lourdes y mío

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  7. Que grandes sois Salva! ENHORABUENA a los 3!!
    ¿por que lo haceis?. Yo diria que porque us gusta vivir la vida. Y vivirla con intensidad!

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  8. siempre te sigo, pero que duro eres !
    Este año ha sido mal año de nieve, que es lo me gusta, pero estube con gaizka en Sierra Nevada y ha sido una maravilla, y lo tenemos muy cerca.
    Un saludo campeon

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  9. que crack el amigo salva calvo, nos acordamos mucho de ti en la palma, islas canarias. Recordamos siempre que fuistes nuestro primer campeon de la TRANSVULCANIA09.

    Un fuertisimo abrazo amigo.

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  10. Enhorbuena jefe, eres incombustibel. Por cierto, te mandé un mensaje al facebook. ¿Corres la travesera?

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  11. Bueno Julio, yo sí que me acordé de vosotros. Vaya pedazo carrera que os habéis montado. Estáis poniendo un listón muy alto, no sólo a nivel de corredores, sino también a nivel organizativo. De lo mejor que hay ahora mismo en España, sin duda.
    Villa, estoy apuntado y probablemente vaya. Otra cosa será como me la voy a tomar, pues tengo en 15 días Andorra y este año se han pasado con el circuito,....nos quieren matarrrr. Así que intentaré hacer la Travesera como un entrenamiento, aunque ya sabes que puede ocurrir, cuando te ponen un dorsal...

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