VIII TRAVESERA PICOS DE EUROPA
El sábado 25 de junio se celebró la VIII Travesera de Picos de Europa, casi con toda seguridad, la prueba más dura y técnica que existe ahora mismo en el territorio nacional. Y podríamos decir que, incluso a nivel internacional, si comparamos la distancia y el desnivel con otras carreras, ya que esta prueba tiene “sólo” 74 kilómetros de distancia, pero 6.560m de desnivel positivo y 6.685 de desnivel negativo, lo que la hace muy dura, ya que apenas existen terrenos llanos y, tanto las subidas como las bajadas, son tremendamente técnicas.
Este año, la previsión meteorológica era bastante buena, quizás demasiado, ya que tanto calor, al final resulta ser más un inconveniente que una ventaja, como luego ocurrió. Además no había tanta nieve como otros años, y en contra de lo que parece, es mucho mejor, más rápido y más seguro correr con nieve que sin ella.
También este año la participación se dispara…hay casi trescientos corredores inscritos y muchos “galgos” dispuestos a dar batalla. Personalmente vengo indeciso, ya que llevo participando varias pruebas seguidas y mi cuerpo necesita recuperar, y además, tengo el próximo fin de semana otra competición y una más el siguiente en Andorra, por lo que me planteo hacer un entrenamiento ligero (eso es lo que pasa por mi mente,…hasta que te ponen el maldito dorsal en el pecho).
Son las 12:05 de la madrugada del sábado. Estamos en El Repelao, justo al lado del Santuario de Covadonga (233m). Noche bastante cerrada y nos dan la salida. Los primeros metros son por la carretera hasta que entramos de lleno en una senda empinada por medio de un bosque. En varios tramos hay agua y barro, por lo que tarde o temprano terminas metiéndote de lleno, aunque en una ocasión mi pie entró tan de lleno en el barro, que no podía salir. Menos mal que venía un pequeño grupo detrás, pero ni tirando de mí conseguía salir, hasta que otro corredor agarró mi pie por detrás y entre el que tiraba de mis brazos y el que tiraba de los pies consiguieron sacarme!!!!(alguno después comentaba que hubiera sido mejor haberme dejado allí y clavarme un poco más). Se habían formado dos pequeños grupos, uno iba delante y yo iba en el segundo y así llegamos al primer avituallamiento en la Vega de Enol (1.080m) aproximadamente en una hora y veinte minutos.
A partir de aquí se empezaron a estirar los grupos. Delante iban Txus Romón y Fran y siguiéndoles íbamos Juan Fuego, Manuel Merillas y yo y un poquito detrás Eulogio. En el Jou Santo, Juan Fuego se había quedado un poco rezagado y comenzamos la espectacular bajada de la canal de Mesones. Hay que tener cuidado con esta canal, no sólo porque tiene un sedo estrecho y con precipicio, sino porque también te puede recalentar los pies y aguarte la carrera. Aún así, a mitad de canal me pasó un corredor que bajaba como una moto, tanto que en Caín (460m y segundo avituallamiento) me llegó a sacar más de cinco minutos…
En Caín comenzamos a subir la canal de Dobresengros. Antes de llegar al sedo Mabro, a unos 500 m de Caín, me encontré con el que me pasó como una moto (lógicamente había “gripao”). Seguí subiendo y veo la luz roja intermitente del que va delante de mí (aún no se quien de los dos es) y cuando llego al Canalón veo bajar una luz blanca y veo que es Fran, que se ha retirado porque tiene un problema en el tendón de Aquiles (muchos ánimos para la próxima). Poco después ya clarea y podemos seguir sin la frontal y así llego al Hoyo Grande. Detrás de mí creo que viene Manuel Merillas. Pero todavía hay que seguir subiendo por esa pala pedregosa que te pone a prueba tu sentido del equilibrio, ya que hace que resbales bastante con esas piedrecitas del carajo, hasta llegar a la Horcada de Caín(2.344m). En la bajada encontramos los mayores neveros que hay en la carrera, y que nos ayudan a bajar más rápido y a refrescarnos un poco los pies.
Y rápidamente llegamos al refugio de Urriellu (1.955m), sobre las 7 de la mañana y dónde está el tercer avituallamiento. Txus me saca veinte minutos, pero yo voy a hacer mi carrera.
Ahora empieza una corta pero fuerte subida por la canal de la Celada, luego se suaviza, pero queda lo peor, la subida a la collada Bonita(2.382m). Como este año hay menos nieve, la subida es un suplicio, pues es un pedrero, donde das un paso para adelante y dos para atrás. Con nieve hubiese sido más rápido y más cómodo. Al final había cuerdas fijas para ayudarte a subir, lo que se agradece. En la bajada también pusieron cuerda fija y como tampoco había nieve este año, pues se hizo más lenta. Y desde aquí comienza, lo que para mí es el tramo más comprometido y es la bajada de la canal de Moñetas. Ya que aunque sea una bajada, no hay prácticamente senda, es todo terreno de llambrias, donde una mala pisada te la puede jugar y donde correr es bastante complicado, precisamente por la ausencia de senda definida.
Y llegamos a las Vegas de Sotres (1.067m), cuarto avituallamiento. Txus me sigue sacando 25 minutos. Ya no veo al que viene detrás y voy a intentar exprimirme un poco subiendo la temible canal de Jidiellu. Mejor no mirar para arriba y no verlo. Después de todo lo que te has metido para el cuerpo, ver eso te mina la moral, pero es lo que hay. Así que a saco para arriba. Iba “cómodo” subiendo, por lo que cuando llegué al collado de Valdominguero (2.140m) me dicen que Txus va sólo a 14 minutos.
La bajada hacia Andara y al Jito de Escarandi la hago a saco, de tal manera que cuando llego al Jito (1.323m y quinto y último avituallamiento) le he recortado otros 6 minutos y lo tengo a menos de 8 minutos. Hasta ahora he tenido suerte con el sol, pues he subido todo Jidiellu a la sombra, pero a partir del collado Valdominguero ya nos da de lleno y, sobre todo, a partir del Jito de Escarandi se hace notar el calor agobiante, y eso que son las 10 de la mañana. Me viene a la mente todos los corredores que les toque bajar Moñetas y subir Jidiellu con “Lorenzo” dándoles de lleno, ni imaginármelo quiero.
Quedan todavía 15 km, la mayoría cuesta abajo, pero con unos repechos que hacen bastante daño. Después de cinco kilómetros, en un control me dicen que ha pasado el primero a ocho minutos. Eeeehhh, me paro de repente. Coño, no le he recortado nada en cinco kilómetros. Así que lo más probable es que también a él le hayan ido cantando los tiempos y estando como está tan cerca de meta esté exprimiéndose al máximo (como así fue, tal y como me lo dijo después). Pero yo hice mis cálculos, si quedan unos diez kilómetros y me saca ocho minutos, es prácticamente imposible recortarle casi un minuto por kilómetro, por lo que decidí no arriesgar nada en la pedregosa senda del Caoru y dedicarme a bajar “contemplando el paisaje”, vamos, de paseo. Y fue la decisión acertada, como pude comprobar después. Y por fin llegamos a la meta en Arenas de Cabrales (138m) después de 12 h y 25 minutos.
Sólo puedo decir una cosa. Esta es la “madre” de todas las pruebas de montaña. Intentar hacer esta carrera pone en duda tu salud mental…
Las horas y horas que llevas corriendo-andando-trepando te van cargando las articulaciones, los tendones, los músculos, la cabeza. Es una auténtica batalla mental tomar la decisión de continuar. Pero llegar a meta es la mayor compensación que pueda existir. La alegría está en la lucha, en el esfuerzo, en el sufrimiento que supone la lucha y no en la victoria.
Chula, chulada, qué bien contada...
ResponderEliminarvas con retraso, tanto correr y ganar... vale, ahora toca descansar y La del Campeonato de España... escribe que quiero leerte.
Ya me informas del tema Bulgaria,
FELICIDADES POR ESE CARRERÓN ... terminarla ya es de nota, quedar segundo, con todo el caloruzo....
Pero también tienes primer puesto en la Travesera!
Fuerza y ánimos!
Estoy totalmente de acuerdo, La Travesera Picos de Europa es dura de cojones. Quiero volver algún día. Nos vemos en Andorra. Enhorabuena Campeón!!!
ResponderEliminarEnohorabuena de nuevo Salva!!. Fuí el que te ayude a salir del agujero, luego estuvimos hablando en Arenas. Un saludo y haber cuando hacemos una ruta por Picos.
ResponderEliminarSalva, enhorabuena primero por la travesera y segundo por la crónica. Eso de "...Intentar hacer esta carrera pone en duda tu salud mental…" me acojona pero este año estoy apuntado y no quiero que me lo cuenten. El año pasado solo la pudo acabar el 50% de los corredores osea unos 125, así que veremos este año en que parte me toca a mí, de momento la moneda está en el aire. Sigue así máquina. Este año tuve la oportunidad de saludarte en el Briefing del GR10 cuando te estaba entrevistando Mayayo Oxigeno. Salud y kms.!!!
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